04 julio 2007

La etapa puerperal

Popularmente se entiende por “puerperio” a los primeros 40 días posteriores al parto. Laura Gutman (1) supone que el término deriva de costumbres antiguas donde la reciente madre quedaba en “cuarentena” cuidada entre mujeres experimentadas sin obligación de mantener relaciones sexuales con el varón. En esas sociedades el puerperio era un tiempo de reposo y de atención exclusiva del recién nacido,
El término “puerperio” muchas veces es remplazado indistintamente por “depresión post-parto” y/o “depresión puerperal”. Esto no es algo demasiado feliz, ya que la palabra “depresión” suele tener una connotación muy negativa y es un estado en el cual se evita caer.

Los primeros días de la mamá con su bebé son especiales, se mezclan sentimientos de intensa alegría y gozo, con total desosiego, agotamiento y angustia. Es un estado de hipersensibilidad necesario para poder conectarnos con nuestro bebé y poder atender sus necesidades e interpretar sus señales. Gracias a este período las mamás podremos comprender a nuestros bebes mejor que nadie. El apoyo y contención, especialmente de nuestra pareja es fundamental, se necesita un sostén afectivo, además de la presencia de alguien que nos remplace en las tareas domésticas y en la atención de hijos mayores. Laura Gutman (1) dice: “...una mujer puérpera no debería estar mucho tiempo sola. Necesita asistencia, compañía y disponibilidad de otra persona que no interfiera ni haga abuso de autoridad, que no juzgue ni se entrometa, pero que esté presente.”

La falta o errada información evita que podemos prepararnos para esta etapa como es necesario, creemos que los primeros días con nuestro bebé serán magníficos, plenos, y al ver que no es así, que estamos tristes de a ratos, que lloramos y no sabemos porqué, nuestra ansiedad aumenta y nos preocupamos...”¿Será esto la famosa depresión post-parto? ¿Entonces tengo depresión?”. La adecuada información quizás nos ayude a entregarnos sin miedo a esas sensaciones, con la certeza de que en algún momento van a pasar y entendiendo que esto no se porque sí. Es como si nuestro mundo afectivo retrocediera en su desarrollo y se infantilizara para estar mas conectada emocionalmente con nuestro bebé. Nos volvemos demandantes de cariño, necesitamos que nos cuiden, que nos mimen, para poder cuidar y mimar a nuestro bebé.

Todos estos cambios emocionales van acompañados de un desorden hormonal importante. El Dr. Jorge Cesar Martínez (2) dice: “En su organismo también se estarán produciendo una serie de modificaciones bioquímicas y hormonales, tendientes a retomar el equilibrio pregestacional y estará usted, en mayor o menor grado, inmersa en ese período llamado depresión puerperal, cuya explicación se encuentra probablemente en todos los cambios fisiológicos, psicológicos y bioquímicos que se están produciendo en su interior.”.

Otro tema importante durante este primer tiempo con nuestro bebe es el reanudamiento de las relaciones sexuales. Muchas veces cuando el obstetra nos da “permiso” para reanudar nuestra vida sexual, nos encontramos con que no tenemos ganas, y ya no tenemos la excusa de la “cuarentena”. Podemos sentir que nuestro cuerpo no responde, pero sobretodo que mental y emocionalmente no estamos preparadas, toda nuestra energía esta puesta en el bebe, como dice Laura Gutman (1) “...el niño está siempre en brazos de su madre, aunque materialmente esté durmiendo en su cuna...”. Es un período en el cual disfrutaremos de otro tipo sexualidad, quizás nueva para la pareja, sin obligación de llegar al orgasmo, con abrazos prolongados, besos tiernos, masajes, miradas, sin penetración obligatoria. Laura Gutman llama a esto “feminizar la sexualidad” y ella incluso lo extiende como necesario durante los primeros 2 años de edad de nuestro hijo ya que es un período de fusión emocional entre la madre y el niño. Creo que el tiempo es algo que depende de cada mujer, pero sí es indispensable que podamos charlar con nuestra pareja sobre estas necesidades quizás distintas a las ya instauradas previamente al nacimiento de nuestro hijo, esta puede ser incluso una excelente oportunidad para descubrir una nueva sexualidad que haga más plena nuestra relación de pareja.


¿Cuál es el rol del padre en estos primeros días?

Actualmente se está empezando a incluir más al padre en el cuidado del recién nacido, hay como una “moda” de que el papá participe cambiando pañales o bañando al bebé. Mas allá de las tareas que desempeñe, la inclusión del padre en esta díada mamá-bebé dependerá del lugar que le de la madre, y esto es no sólo permitiendo atender a su hijo, sino dándole un lugar en su mundo interno como sostenedor y contenedor.

En el caso de nacimientos múltiples la necesidad de incluir al padre se hace más evidente, y eso puede enriquecer mucho el vínculo de ese papá con sus hijos. El sentirse útil y necesitado estimulará su deseo de participar.

Igualmente, considero que los bebes recién nacidos y durante los primeros meses especialmente, necesitan estar mucho con su mamá, conectados física y emocionalmente con ella, nutrirse no sólo de su leche sino de su mundo interno, de su amor, de su cariño. El rol del padre es fundamental, pero más como “surtidor” de amor y cariño para la mamá durante las primeras semanas.

Lic. Eugenia Ordóñez
Psicóloga

Referencias:
(1) GUTMAN, L. “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”, Ed. del Nuevo Extremo, Bs. As., 2003.
(2) MARTINEZ, Dr. J. C. “El increíble universo del recién nacido”, Ed. Lidium, Bs. As., 1989.

"La depresión posparto existe más allá de que se la nombre o no. Y nombrarla ayuda a que sea más fácil de sobrellevar", sostiene Adriana Penerini, psicóloga, especialista en prevención y tratamiento de la depresión posparto, directora de www.bebeabordo.com.ar. "Se habla siempre del lado lindo y perfumado de la maternidad. Pero también existen las ojeras, los pechos agrietados, los sentimientos amorosos y no amorosos. ¿Por qué negarlos?", pregunta.

No está claro por qué estos sentimientos les aparecen a algunas mujeres y a otras no. "Hay mamás que tienen una mayor predisposición emocional a la melancolía, a transitar con más dificultad los cambios, y el posparto trae cambios dramáticos", dice Penerini.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso, pero yo sentí perfectamente cuando se acabó mi puerperio, fue un cambio radical para mí, me empecé a sentir positiva, feliz, activa, conectada con la niña, y de nuevo con líbido. Esto sucedío exactamente 13 meses después del parto. Supongo que para cada mamá el tiempo es diferente, para mí este fue el tiempo necesario para recuperarme.

Anónimo dijo...

Ya hace 4 meses que ha nacido mi niña,y me ha traido una alegria infinita, indescriptible, imposible de imaginar. A pesar de esto, y ya recuperada físicamente, me encuentro en una situación de alerta permanente, necesito a mi pareja, estoy insegura en cuanto mi niña llora, y creo que no seré capaz de recuperar mi ritmo anterior (en casa, en el trabajo, y ya no digamos las relaciones de pareja...) Me estoy precipitando pq 4 meses es poco tiempo?

Cristina dijo...

Tengo una duda; es una cosita que me ha contado mi hermana y me ha dejado traumada...Hice un curso estupendo de información para doulas y de esto no decían nada: que después del parto, "durante la cuarentena te pasas los 40 días sangrando...por eso le llaman cuarentena. Y tienes que llevar un compresón que no puedes ni bajar a la piscina". Vaya tela. Y todo esto ha venido porque mi chico y yo queremos ser papás y estábamos hablando de cuándo quedarme embarazada y de cuándo sería el momento del parto.
Os pregunto porque necesito una opinión experta =) Gracias!